La idea para este video se nos ocurrió en noviembre de 2021, cuando muchos de nosotros nos sentíamos más solos que nunca. Estábamos en la cúspide de la pandemia de COVID-19, atrapados en nuestras casas para mantenernos seguros los unos a los otros. Muchos de nosotros pasamos meses sin ver a nuestros amigos más cercanos ni a nuestros seres queridos, y no sabíamos cuándo terminaría esta separación.
Nos preguntábamos si Jesús alguna vez experimentó tal soledad. Como un hombre que viajó por el mundo adquiriendo fama y seguidores, él sabía cómo se sentía estar rodeado de compañía amorosa. Pero al igual que nosotros, él también sabía cómo se sentía perder ese amor sin aviso.
A lo largo de su vida, Jesús vio a miles de sus seguidores separarse de su lado. Cuando estaba siendo enjuiciado injustamente, sus amigos más cercanos lo abandonaron por miedo. Mientras esperaba ser ejecutado, estaba solo. Y en su momento más sombrío, mientras moría en la cruz, Jesús se sintió abandonado.
A medida que empezamos a salir de la pandemia, el impacto del aislamiento permanece. Lo sentimos. Lo vemos en nuestras familias, compañeros de trabajo y amigos. Pero hemos encontrado consuelo en la soledad de Jesús. Nos recuerda que aun en el aislamiento, no estamos solos.