La historia del nacimiento de Jesús es contada todos los años en la época navideña y casi siempre de la misma manera. ¿Qué nueva perspectiva podríamos darle a una historia de dos mil años que sacudiría el corazón y la mente de la gente? Entonces lo supimos. En vez de ver directamente a Jesús, ¿qué pasaría si viéramos a la mujer que lo dio a luz?
Jesús nació de una joven adolescente. Una joven que estaba asustada y que estuvo forzada a viajar lejos de su hogar justo antes de dar a luz. Una joven que estaba a merced de un hombre que pudo haberla humillado públicamente o hasta matarla, pero quien en vez la protegió y apoyó. Una joven que dio a luz en un establo porque no tenía a dónde más ir. Allí hay una historia muy rica que usualmente se pierde detrás del pesebre prolijamente exhibido sobre alguna estantería.
Así que contamos esa historia. Y la contamos de la forma más sincera que pudimos, usando imágenes de madres reales dando a luz y a una madre adolescente como locutora. Jesús no apareció solo así de la nada. Su vida no fue un cuento de hadas— fue completamente verdadera. Sus primeros minutos en este mundo fueron como los de cualquiera, llorando en los brazos de su madre. De su madre adolescente.