Hemos creado muchos anuncios y mensajes sobre Jesús y la igualdad de las mujeres. En gran parte porque nuestra investigación ha descubierto que muchas de las ideas relacionadas con Jesús y la forma en la que él pensaba sobre y trataba a las mujeres, están equivocadas. Parece ser que algunas tradiciones y costumbres culturales y religiosas han sido mezcladas con la historia verdadera de Jesús de la Biblia (el registro más completo de la vida de Jesús que tenemos). Así que exploremos cuatro maneras en las que Jesús promovía la igualdad de las mujeres.
1.) GENEALOGÍA. Incluso antes de que él naciera.
El Evangelio se compone de cuatro relatos diferentes de la vida de Jesús escritos por cuatro de sus seguidores. El primero que aparece en la mayoría de Biblias fue escrito por Mateo. Él empieza su historia de la misma forma en la que muchos libros biográficos empezaban en aquel entonces — trazando la genealogía de Jesús—.
Si alguna vez has leído la Biblia u otros textos de Oriente Próximo, verás este patrón de trazar árboles genealógicos: «Este engendró aquel, aquel engendró zutano, etc.» A menudo nos salteamos estas secciones de texto secas y aburridas. Pero las genealogías en la Biblia y textos antiguos similares no se trataban tanto de registros históricos sino de probar un punto sobre el patrimonio de una persona o sus pretensiones a la realeza o fortuna.
Mateo incluye algunas claves en la genealogía que nos ayudan a entender cómo Jesús pensaba sobre la igualdad de género. Él incluye cinco mujeres. Eso debió haber sido muy extraño para la época. Más extraño aún son las mujeres que eligió incluir como linaje de Jesús.
Tamar: Una mujer que pretendió ser trabajadora sexual que sedujo a su suegro para que la embarazara y así mantener su lugar en la familia tras la muerte de su esposo. Lo sabemos, es una historia disparatada. Pero era realmente importante en su cultura en esa época que ella recibiera justicia según sus leyes. Y la justicia para ella era tener una familia si así lo deseaba. De hecho, su suegro, al darse cuenta de lo que sucedió, la llamó: «más justa que yo.»
Rahab: Una trabajadora sexual y dueña de un burdel que escondía espías de Israel y los ayudaba a obtener inteligencia en las defensas de su ciudad, para que pudieran lograr conquistarla.
Rut: Una viuda cuyo amor y cuya lealtad eran tan desconcertantes que tras la muerte de su esposo eligió no buscar la certeza del bienestar que pudo haber tenido al no regresar al hogar familiar de su niñez. En vez de eso, siguió a su suegra a una tierra extraña y se casó con un pariente cercano de la familia de su esposo para asegurar su bienestar (otra vez, era lo necesario culturalmente en aquel entonces para asegurar la supervivencia).
Betsabé: Una mujer que fue violada por el rey. Él la vio bañándose y decidió que la deseaba. Así que mandó a su esposo al frente de una guerra sangrienta donde prácticamente estaba garantizada su muerte (murió) y de esta manera podría excusar sus acciones hacia ella. Betsabé se convirtió en la esposa del rey y sufrió la pérdida de un niño de corta edad.
María: Una madre soltera adolescente quien, según la ley de la época, podría haber sido apedreada a muerte en las calles. Sin duda hubiera sido ridiculizada y dado de que hablar.
De las docenas de mujeres mencionadas en las Escrituras hebreas, ¿por qué fueron escogidas estas cinco mujeres? ¿Fue porque tuvieron que hacer cosas desesperadas para sobrevivir? ¿Fue porque cada una de ellas demuestra aspectos diferentes de la difícil situación de la inigualdad de género en la mayoría de culturas? ¿Fue porque perseveraron a pesar de circunstancias aparentemente imposibles? No sabemos. Pero la historia seguramente está tratando de decirnos algo sobre la forma en la que pensamos sobre las mujeres y las juzgamos, así como el rol que juegan en darle forma a la identidad de Jesús.
2.) HABLAR. Hablarles a las mujeres que no conocías era mal visto.
A Jesús no le importaba. Él se dirigía a las mujeres directa y públicamente, algo que era desconcertante culturalmente en aquel entonces. Hasta confundía a sus propios seguidores y amigos más cercanos. Y parecía que hacía esto todo el tiempo con todo tipo de mujeres. Extranjeras, enemigas, viudas y trabajadoras sexuales. Y en cada caso registrado, se relacionaba con ellas personalmente con bondad y gracia. Un caso frecuentemente citado: él le habló a (1.) una samaritana que era (2.) mujer y que estaba (3.) recolectando agua en un pozo en el calor del día. Esos tres detalles nos dicen que tan culturalmente inadecuado hubiera sido para él iniciar una conversación. Las samaritanas eran consideradas casi infrahumanas por la mayoría de la gente judía de aquella época debido a su impureza racial. A las mujeres desconocidas casi nunca se les dirigía la palabra porque eran tradicionalmente consideradas propiedad de los hombres en sus vidas. Y si recolecta agua por sí sola a la mitad del día, lo más seguro quiere decir que era una marginada incluso entre su propia gente, ya que las mujeres por lo general recolectaban agua en la mañana para mantenerse frescas y juntas para mantenerse seguras. Más tarde descubrimos que seguramente era una marginada porque había estado con muchos hombres. Pero Jesús no solo le habló a ella, sino que ¡le pidió un trago de agua! Obtener agua de ella, de un recipiente que ella tocó y beberla hubiera sido inconcebible. Pero eso les demostró a sus seguidores y a todos los que escucharon esa historia que su movimiento requeriría que la gente pensara de forma diferente.
3.) IGUALDAD. Jesús no toleraba la doble moral.
Durante su ministerio, algunos hombres traían a alguna mujer frente a Jesús. La acusaban de adulterio y luego citaban las leyes que decían que debía de ser ejecutada. Jesús defendió con éxito a una mujer que iba a ser ejecutada públicamente por cometer adulterio. Ellos buscaban que Jesús también la condenara. Pero no lo hizo. Ves, el adulterio es una de esas coas que requieren dos participantes. Pero ellos no trajeron ante Jesús al hombre pillado en adulterio, solo a la mujer. Toda la situación era pura hipocresía y Jesús tenía muy poca paciencia hacia los hombres hipócritas cuando de infracciones sexuales de su época se trataba. Así que él intervino y protegió a la mujer. No iba a tolerar la doble moral.
4.) SEGUIDORES. Algunos de sus primeros y más importantes seguidores eran mujeres.
María Magdalena es mencionada en las historias de Jesús más frecuentemente que cualquier otro seguidor, incluyendo los otros hombres de su círculo interior conocidos como los apóstoles. Ella es una figura central en casi cualquier momento significativo de la historia de Jesús. María, la hermana de Marta (una María diferente a María Magdalena), es representada sentada a los pies de Jesús escuchando sus enseñanzas. Aunque eso podría parecer bastante insignificante, esa posición está reservada para los discípulos que escuchan a sus rabinos. En aquel entonces, los rabinos no aceptaban mujeres discípulas. Simplemente no sucedía. Jesús no solo lo permitía, sino que lo promovía.
Juana era otra leal seguidora. Estaba casada con un oficial adinerado llamado Cuza, quien la Biblia identifica como un miembro crítico del gobierno que eventualmente enviaría a Jesús a las fuerzas de ocupación romanas para su ejecución. Juana y otras mujeres adineradas financiaron la misión de Jesús. Así es. El movimiento de amor de Jesús fue financiado por mujeres.
Aunque algunos han tratado de minimizar su rol crítico en la creación del movimiento de amor radical de Jesús, no cabe duda que las mujeres fueron esenciales para él.